Vida y Muerte: La constante danza del Avatar y el Ser Inmortal
- Enrique Buendía
- 3 nov 2024
- 23 Min. de lectura

¿Qué es la vida? ¿una ilusión, una simulación, o un sueño? ¿Y la muerte? ¿un despertar, o la verdadera realidad?
Desde filósofos, hasta científicos y místicos, comparten con matices estas preguntas. Unos señalan que la existencia es una consecución de vidas cuyo objetivo es el crecimiento espiritual del ser que va habitando múltiples cuerpos durante su evolución; otros afirman que la existencia es una realidad en donde una máquina biológica da consciencia a una entidad que vive por vivir, hasta su muerte para siempre; y otros sostienen que la vida es un gran vacío, donde lo sólido y tangible es una ilusión, que el universo es una realidad holográfica y que presente pasado o futuro son lo mismo, todo radica en la velocidad en nos movamos para alcanzar ese momento.
Yo entiendo que la realidad es aquello que sucede dentro de nuestro consciente y que por lo tanto, esta debe pasar por un filtro mental que enfoca o ignora los elementos del contexto que para el ser son importantes o no, de cara a su subsistencia. Desde este punto de vista, e irónicamente, todo lo que tenga que ver con la experiencia de morir, esta vedado al entendimiento humano porque justamente no hay ventaja en conocer algo que no se vincula con la experiencia de vivir. El mundo es pues materialista, concreto y sometido al escrutinio del método científico. Pero la "no existencia", que es como podríamos nombrar a la muerte, no puede ser estudiada bajo estos parámetros porque las evidencias no pueden ser medidas bajo las mismas leyes universales.
Si la vida después de la muerte existe, es decir, si hay una vida paralela que coincide con la nuestra, en una dimensión inalcanzable a nuestra percepción, deberíamos encontrar en nuestra experiencia de vida, inconsistencias que resulten imposibles de explicar a la luz de la ciencia que conocemos. Estos "errores" probarían que la muerte es una ilusión y que en consecuencia, la vida también lo sería.
Evidencias de contactos con seres fallecidos, evidencias de gente clínicamente muerta que sobrevivió a un aparente fallecimiento y evidencias de personas que aseguran haber tenido una vida pasada y regresaron, deberían bastar para replantearnos que la muerte no es lo que pensamos hasta hoy, y que hay algo en la realidad que no cuadra con estas evidencias, poniendo en tela de juicio la existencia de la definitiva e irremediable muerte, veamos.
Si la vida se trunca con la muerte, no debería haber consciencia que sobreviva a ello, y ningún vestigio del fallecido debería ser detectado o interactuar con nuestra realidad; sin embargo, desde antiguo existen evidencias de lo contrario, evidencias que confirman que tras la muerte, la entidad que ocupó el cuerpo que ahora yace inerte en una tumba, no ha dejado de existir. Leyendas, testimonios de médiums, historias de gente que vio el más allá y regresó, son pruebas legítimas que afirman que luego de descarnar, la energía vital puede, momentáneamente o indefinidamente, seguir en contacto con nuestra realidad. En este sentido habría tres caminos muy bien definidos que describen con exactitud el contacto entre el mundo de los vivos y los desvividos, estos serían, en primer lugar, los mal llamados fantasmas, entidades energéticas que, por alguna razón, deciden no ir a "la luz" y regresan a nuestra realidad, apareciendo y desapareciendo a placer, dejando trazos de su presencia en videos donde objetos inertes se mueven solos o contactando personas sensitivas que pueden de manera inexplicable verlos y escucharlos.
Las ECM (experiencias cercanas a la muerte) serían el segundo tipo de evidencias de que hay un mundo más allá del nuestro. No son pocas las personas que tras un accidente, o luego de una operación que se complicó, tuvieron una parada cardiorrespiratoria y narran con detalle lo que sucede durante su RCP (resucitación cardio pulmonar), estas personas pueden describir a los doctores que las están interviniendo, sus acciones, los instrumentos que utilizan y en casos sumamente sorprendentes, dicen ver lo que sus familiares, o seres amados están haciendo en ese preciso momento, aunque estos se encuentren a miles de kilómetros de distancia. Durante este viaje al más allá, que desde el punto de vista de la ciencia se denomina "muerte clínica", los pacientes dicen ver seres queridos fallecidos y hasta personas ciegas de nacimiento, pueden, en ese momento, distinguir colores y formas que jamás habían experimentado. ¿Cómo entender el sentimiento de un chico que durante este letargo conoce a un hermano mayor que murió durante su alumbramiento y del cual jamás le hablaron sus padres? y ¿Qué decir de aquellas personas a los que entidades desconocidas les revelan sucesos de su futuro, que luego con el tiempo llegan a ser realidad? ¿Cómo procesar el hecho de que personas con enfermedades terminales, durante este interludio entre la vida y la muerte, regresan sin síntomas y en remisión total? La ciencia no tiene explicación para esto, ni la tendrá nunca, si necia, sigue estudiando estos fenómenos desde el materialismo.
En tercer lugar figura la fenomenología de lo que se es conocido en muchas religiones, como reencarnación. Igual que en los dos casos anteriores, hay decenas de evidencias que prueban que personas vivas, recuerdan haber tenido una vida anterior, con datos contundentes que corroboran sus afirmaciones. Niños que dan nombre y apellido de sus cónyuges o padres anteriores, que pueden dar direcciones y describir con detalle su antigua profesión y la manera en que perdieron la vida, serían ejemplos de ello. No son pocos los casos de personas rencarnadas que volvieron a encontrarse con sus seres amados de esa otra vida que dejaron.
Así entonces, mencionaré ejemplos concretos y bien documentados de lo antes citado, para que este discurso no quede simplemente en dichos pasajeros sin sustento.
1 Seres descarnados que contactan con seres encarnados.
Desde tiempos inmemoriales, las anécdotas de fantasmas han estado presentes en la historia de la humanidad. En efecto, Martín Lutero ya narraba en 1521 que durante el movimiento religioso que terminó con el nacimiento del protestantismo, vivió un caso de fantasmogénesis, en donde una entidad lo molestaba durante sus oraciones. Otro caso es el de Plinio el Joven que narra la experiencia de Atenedoro. Este, confiado en que podía enfrentar a los espíritus de una casa encantada, tuvo un encuentro con una entidad que decía estar enterrada y encadenada ahí mismo; gracias a este encuentro, Atenedoro consiguió dar con el lugar en donde se encontraba el cuerpo encadenado de una persona que correspondía a la misma entidad que se aparecía y que al parecer, deseaba ser enterrado. El fenómeno es por lo tanto antiguo, pero sigue vigente, tan es así que en tiempos modernos, la tecnología ha permitido demostrar su veracidad gracias a decenas de grabaciones de audio y video en donde entidades invisibles desplazan objetos o dicen frases inaudibles al oído humano. Estos artilugios tecnológicos también permiten distinguir variaciones de temperatura en el ambiente, o medir incrementos en los campos magnéticos de ciertos habitáculos.
Veamos algunos videos:
1 ¿Una entidad en un super?
2 ¿El fantasma de un niño?
3 ¿Cómo se mueve el carrito de supermercado?
4 ¿Quién mueve las cervezas?
5 ¿Quién tira los CDs y mueve el carro?
6 ¿Quién mueve estos objetos?
7 ¿Quién jala la pierna de esta chica?
8 Si un ventarrón mueve los objetos, ¿Porqué solo mueve dos lamparas y no las 3?
Casos de vigilantes:
9 ¿Con quién habla este vigilante? ¿Cómo se abren las puertas automáticamente si nadie entra? ¿Para quién es la silla de ruedas?
Luego de ver el video y corroborar en la bitácora de vigilancia los datos de la persona que dijo el vigilante haber registrado, personal del hospital dio fe que la persona registrada correspondía a una mujer de edad avanzada que solicitaba subir al noveno piso al cuarto 915, en el cual una mujer con el mismo nombre había fallecido 48 horas antes. Esta información está debidamente verificada y fue nota en los principales medios de información.
9 En este caso, un vigilante comienza a hablar con un colega llamado Jacinto, hasta que es interrumpido por su supervisor que le indica por mensaje, que la persona con la que él dice conversar acababa de fallecer y que por esa razón no había llegado a tiempo. El vigilante termina la conversación con dicho colega, y es hasta que este desaparece, cuando lee el mensaje y sale despavorido.
10 En este video un vigilante en Estados Unidos habla con una mujer llamada Abigail, hasta que le indican que no hay nadie ahí y que la mujer con la que dice el estar hablando murió hace 2 años.
Pero el fenómeno no se detiene aquí, gente que dice ser sensible a la energía de estas entidades desencarnadas, puede entrar en contacto con ellos, y dar mensajes a familiares que han encontrado paz, gracias a este tipo de comunicación extrasensorial, cuando han comprendido que su familiar fallecido se encuentra bien y feliz en otro plano dimensional.
Leamos algunos casos impresionantes:
J.J. Benítez cuenta el caso de un militar en la primera guerra mundial que tras quedar semiciego por un granada que estalló cerca de él, recibió ayuda de un compañero de regimiento que, de la nada, apareció en el campo de batalla y lo guio hasta dejarlo a salvo tras las líneas enemigas. Nada sorprendente más allá de lo heroico de esta acción, hasta que le comparte la experiencia a otro soldado de esa mismo regimiento y este, incrédulo, lo corrige diciendo que eso es imposible, porque ese compañero había muerto meses antes, en ese mismo campo.
También sé de buena fuente que semanas después de la muerte por infarto del abuelo de mi hijo, un conocido cercano a mi exmujer, que desconocía la muerte del señor Mauricio, le aseguró haberla visto en una concesionaria de automóviles junto con sus hermanas, su madre y, por increíble que parezca, su papá fallecido, el cual las acompañaba en ese momento.
Pero no hay nada mejor que hablar en primera persona, y compartir lo que me sucedió a mi y a mi pareja el día que íbamos a una reunión a casa de sus padres. Pasábamos un puente estrecho de dos carriles, por donde circulaba también un inmenso tráiler doble remolque de Coca-Cola, con el espacio justo para no tocarnos. Cual va siendo mi sorpresa cuando del lado izquierdo del doble remolque, junto al barandal del puente, aparece a 4 metros del auto, un hombre joven, de apariencia desaliñada, casi vagabundo, caminando sin sentido y totalmente desorientado. En ese momento, no reparé en lo imposible del caso, y le dije a mi compañera que el tipo que acabábamos de ver, había tenido mucha suerte, porque bien podrían haberlo atropellado; y no solo por las dimensiones del doble remolque, sino por lo fuera de sí en que se encontraba, y la ausencia de espacio entre él y la orilla del puente, que no tampoco contaba con banqueta . En ese momento mi pareja no me respondió, así que insistí en mi comentario, solo para escucharla decir que no sabía de qué le hablaba, porque no había visto a ningún sujeto pasar junto a nosotros, cosa imposible porque si yo lo vi, ella tendría que haberlo visto también, y no solo porque ambos mirábamos hacia la misma dirección, sino porque estaba muy cerca del auto para no haberse percatado. En el camino analizamos lo sucedido y todo cobró sentido, era imposible que alguien intentará caminar sobre ese puente, principalmente por su estrechez y la ausencia de banqueta para hacerlo con seguridad; de hecho, en más de diez años que lo he atravesado desde que lo construyeron, jamás he visto a nadie cruzarlo hasta esa ocasión. Además, la expresión del sujeto distaba mucho de entender la gravedad del momento, era como si no se diera cuenta, como si estuviera ido, y por lo tanto, no consciente de las medidas de precaución necesarias para evitar ser arrollado por cualquier vehículo, más si es uno de esas dimensiones, que apenas dejaba espacio para que yo también pasara; de hecho, si logré ver a esta persona fue gracias a que decidí no adelantar al tráiler hasta bajar del puente, por miedo a ser golpeado. Considero entonces imposible que un ser humano, en esas condiciones, hubiera salido ileso, para mi no hay duda, esa entidad no estaba ya entre los vivos, y lo confirmó el hecho de que mi mujer no hubiera podido verlo a cuatro metros de distancia. Y aquí necesito hacer un paréntesis, porque de ser cierto lo que cuento, me pregunto, ¿Cuántas personas descarnadas habremos visto en nuestras vidas sin darnos cuenta? porque de no ser por mi compañera, nunca hubiera pensado que estaba viendo un descarnado; esta idea hollywoodense que los espíritus tienen una apariencia espectral, no siempre es así y pueden pasar frente a nosotros como personas normales, sin que nosotros percibamos que ya no están encarnados, como en el caso de los tres vigilantes de los videos anteriores.
Por último, les comparto una experiencia también personal que evidencia de lo que hablo en este ensayo. Yo no tuve la suerte de ver a mi madre luego de fallecida, sin embargo en los meses subsecuentes a su partida, las cosas cambiaban de lugar o desaparecían sin razón, las luces de la casa titilaban cuando había discusiones y el timbre de un antiguo teléfono de disco, del que solo se podían hacer llamadas pero no recibirlas, repicó tres veces en tres días consecutivos, hasta que contesté y confirmé que era una llamada para mi madre, de parte de una mujer desconocida, que ignoraba que había fallecido, pero que tenía la urgencia de saber de ella, porque además de la amistad, le vendía cremas faciales que no supe si liquidó, o le dio pena cobrar luego de enterarse de su deceso. Todo esto terminó el día en que vino a la casa una amiga, que no sabía que era sensitiva, y que por supuesto, desesperada, terminó por decirme lo que mi madre le rogaba comunicarme; así me enteré que estaba bien, que decía no poderse comunicar conmigo y que debía cuidarme. Lo increíble del caso, además de lo ya narrado, es que i amiga no sabía de la existencia y deceso de mi madre. Hasta la fecha, se mueven cosas en casa, o desaparecen y reaparecen en lo mismos lugares donde se habían buscado, casi como si, de manera sutil, esta entidad, quiero pensar mi madre, desea decirnos que no hay nada que temer, que sigue ahí, velando por nuestro bien.
2 Seres encarnados que descarnan por un corto periodo de tiempo y luego regresan a su estado encarnado. Casos de ECM
Por otro lado, también son incontables los testimonios de personas que tras algún accidente, infarto cerebral o paro cardiaco, cuentan que lejos de tener una experiencia negativa en el momento que esto sucedía, su sensación fue de bienestar y felicidad, dicen también que podían ver a familiares fallecidos que les daban la bienvenida, o a seres de luz que les brindaban paz y plenitud. También contaron que estas entidades les explicaron que no podían permanecer ahí, a pesar de su enorme deseo por quedarse, y que debían regresar a su cuerpo, que aunque maltrecho, albergaba todavía la esperanza de sustentar vida. Relatos increíbles describen como estas personas fueron capaces de salir de su cuerpo, verse a sí mismos y observar el entorno del lugar en donde se encontraban, describiendo detalladamente, las conversaciones y los instrumentos que se utilizaban durante su atención. Un hombre, por ejemplo, narra que en ese estado, fue capaz escuchar las zapatillas de una enfermera que por las prisas, no pudo calzarse los zapatos de quirófano y tuvo que asistir la operación usando los mismos tacones con los que llegó al hospital.
Otro caso sorprendente es el de Eben Alexander III, autor del libro "La prueba del cielo". Este neurólogo, reconocido mundialmente y profesor de medicina de la Universidad de Harvard, era un recalcitrante escéptico, hasta que enfermó de gravedad por culpa de una bacteria ecoli que entró a su cerebro, ocasionándole una meningitis que lo tuvo entre la vida y la muerte, tras la cual vivió una ECM y tuvo la oportunidad de interactuar con entidades que le explicaron que lo que nosotros llamamos muerte, es un proceso que va de una vida a la siguiente, con el fin de que en este interludio, reflexionemos sobre lo que acabamos de vivir, para que este aprendizaje nos permita evolucionar en nuestra siguiente vida, sea cual sea el lugar, y la forma en que esta se dé.

Y qué decir del caso de la doctora Mary Neal, especialista en lesiones de columna y autora del libro "ida y vuelta al cielo". Esta mujer estuvo privada de oxigeno durante casi treinta minutos luego de un accidente en kayak en la república de Chile. Durante su experiencia dice haber visto a varias entidades que la reconocían y la saludaban con alegría, particularmente un ser que le explicó que debía retornar a la vida porque luego de 17 años, uno de sus hijos iba a fallecer y que ella sería un elemento de fortaleza para sostener a su familia. Por desgracia, al año siguiente del fatal designio, uno de sus hijos murió en un accidente de esquí.


Por otro lado, hay casos de personas que vieron en este trance, a gente que nunca habían conocido en vida, pero que al describirlas después de la ECM, coincidían con alguien que pertenecía a la familia, pero cuya existencia le había sido vedada; así hay quien cuenta que este avatar desconocido, dice ser el abuelo, o el hermano que falleció años antes de que él o ella encarnara en este plano. ¿Cómo explicar el caso de personas que, en su tránsito, dicen reconocer a personas aún con vida, sin saber que estaban falleciendo al mismo tiempo? Difícil entender cómo personas que debieron haber tenido daño cerebral irreversible por falta de oxigenación tras más de 30 minutos sin respirar, regresan a la vida sin secuelas neurológicas; o casos de pacientes con cáncer terminal que al regresar, presentan remisión total de su enfermedad.
Yo mismo a finales de abril de 1992, a la edad de 19 años, me fui a dormir sin saber que en esa noche cambiaría radicalmente mi visión de la vida. Durante la noche tuve, lo que en un principio creí que era un sueño, en él me vi, subiendo una pendiente alrededor de una montaña. Delante de mí y bastante lejos, caminaba una figura central muy similar a como podríamos describir a Jesús, escoltado a sus costados por dos individuos que no pude distinguir claramente. En mi, hasta ese momento sueño, yo intentaba dar alcance a estas tres figuras que me adelantaban. De pronto, el ascenso se interrumpió abruptamente delante de un abismo negro. En ese momento, entendí que los tres personajes habrían tenido que caer al vacío, porque no había camino de regreso que yo no pudiera haber visto. Y ahí, ante la inmensidad de ese agujero negro, tuve que tomar una decisión trascendental, o regresar sobre mis pasos, o dar el paso al vacío. No lo dudé y me dejé caer. De pronto mi cuerpo se volvió ligero, no se si descendía o volaba, pero todo sentimiento se volvió alegría y una paz absoluta me invadió por completo, nunca había sido tan feliz y creo que nunca me he vuelto ha sentir así, era como estar envuelto en un manto de seguridad y plenitud. Y ahí lo supe todo, me estaba muriendo, pero era tan placentero, que no dejarse llevar era muy difícil, casi imposible, por eso se que no fue un sueño, porque de haberlo sido, habría querido continuar ahí, pero esto era diferente, así que reaccioné, y supliqué que quería continuar, que todavía tenía muchas cosas por hacer y que no podía irme en ese momento. Luché mentalmente para poder regresar, hasta que me sentí en mi cuerpo, yo ya completamente consciente de que no era un sueño. No sé explicar cómo, pero me encontré sin poderme mover, gritar o abrir los ojos. Estaba ahí, pero desde afuera parecía que no, mi cuerpo estaba completamente desconectado de mi consciencia. Tras algunos agónicos minutos, finalmente logré mover un dedo y de golpe abrí mis párpados. ¿Reviví? No lo se. Entiendo que esto puede ser explicado como parálisis del sueño, y que pudo haber sido ocasionado por mi entonces desconocida apnea del sueño, que me dejó sin aire para poder respirar y ocasionó una alucinación por hipoxia que yo interpreté como una ECM; sin embargo, aquí cabe hacer una reflexión. En ese estado de absoluta quietud y soledad, en donde nadie podía haberme ayudado, ya que yo dormía solo, ¿Cómo pude moverme para respirar de nuevo, si todo mi cuerpo estaba inerte y sin capacidad de girar y encontrar una nueva posición que me permitiera aspirar? ¿Quién pudo haberme ayudado a mover el cuello de manera que este liberara mi tráquea, si cuando regresé a mi cuerpo, me encontraba boca arriba con la cabeza apoyada en la almohada? Nadie, yo morí por asfixia, y por eso lo experimenté, estoy seguro, pero la pregunta aquí es quién o qué decidió regresarme el aliento delante de mi absoluta convicción de seguir viviendo. Hoy 34 años después y con mucho más conocimiento y experiencia, se que lo que me permitió vivir, fue algo sobrenatural, alguien decidió darme una segunda oportunidad y atender mi ferviente deseo de continuar, igual que a muchos otros a los que se les permitió o se les aconsejó volver, en la medida en que el cuerpo lo permitiera. Lo que nunca olvidaré es la sensación de felicidad que sentí, tan inmensa e irrepetible, tan única que jamás volví a experimentar algo similar en mi vida, ningún sueño o alucinación puede comprarse con esto, y me deja una impresión que coincide con lo que otras personas, en casos más graves o espectaculares cuentan, nadie quiere regresar, son pocos los que deciden de mutuo propio retornar, porque la mayoría de los que viven una ECM, son orillados a volver, y por esto es que tan pocas personas han sido testigos de tan increíble milagro. Ante la disyuntiva de quedarse en la felicidad más intensa e inmensa que se pueda imaginar, o regresar a la vida dura y fría; no hay mucho que pensar, sin embargo, la decisión de descarnar o continuar es de nosotros, somos nosotros los que en ese momento decidimos si queremos irnos, o continuar con algún otro reto posterior que nos enviará el destino. La muerte es una elección que casi todo el mundo toma y nos permite trascender, la muerte no tiene nada que ver con lo que nos han contado.
Veamos dos casos espectaculares:
1 Dr. Colin Thomas Perry:

El Doctor Colin Thomas Perry y autor del libro "Daying to be alive", tras sufrir un infarto al miocardio a los 49 años en 2008, tuvo una ECM. A decir de él, mientras lo transportaban al hospital, completamente consciente, de pronto se dio cuenta de que se encontraba en una especie de tanque de agua, flotando sin gravidez, en medio de la obscuridad y absorto en un sentimiento de felicidad. Esto lo llevó a pensar con alarma que se estaba muriendo. Pidió la oportunidad de seguir viviendo, porque desde su enfoque, no estaba preparado para morir y sentía que tenía muchas cosas por hacer. Sin embargo, lejos de volver, tuvo la sensación de que se hundía en un fango oscuro que lo rodeaba y angustiaba. Pidió ayuda y una mano tomó la suya y lo elevó hasta alejarlo completamente de la obscuridad y devolverlo a la luz, en un lugar de intenso amor, cuenta él. Ahí, seis seres le preguntaron si quería volver, o si quería quedarse en ese lugar, que él llamó paraíso, sin embargo, y ante la disyuntiva de dejar cuatro hijos, una de ellos con parálisis cerebral debido a un accidente, decidió sin titubear que debía volver, entonces, el ser que le extendió la mano para rescatarlo, le ordenó a otro que fuera corroborar el estado del recipiente. En lo que revisaban su cuerpo, este ser se introdujo en Colin y lo reparó por dentro, luego le mostró lo que iba a suceder en su futuro, lo que debía cuidar de su comportamiento y finalmente lo convino a difundir este mensaje. Le dijo que cada decisión que tomará iba a decidir si él volvía a la luz o a la oscuridad. El ser que fue a revisar su cuerpo regresó, y le dijo a quien lo envió que el recipiente estaba bien, que podía volver. De pronto, se vio en su cuerpo, un minuto después de que se le parara el corazón y el tipo de la ambulancia lo reviviera con un desfibrilador. No lo podía creer, para él había sido un tiempo infinito y no solo un minuto. Por supuesto que en el hospital le hicieron un cateterismo, pero estas entidades le confirmaron que iba a estar bien, que todos los conductos sanguíneos del corazón estarían liberados. Algo que confirmaría luego el cardiólogo que lo atendió, sorprendido de constatar que su total recuperación pudiera haberse debido a un infarto anterior que redirigió el flujo sanguíneo de su corazón.
2 Dr. Tony Cicoria:

El Doctor ortopedista Tony Cicoria de 42 años, compositor de la obra "Lightning Sonata" se encontraba en una fiesta de la familia de su mujer, una tarde lluviosa de agosto de 1994 en Sleepy Hollow Lake, en Athens, Nueva York. Ese día había una especie de nubarrón obscuro que se formó sobre el lago, junto a donde se encontraba la casa, que debió haberlo desanimado a usar un teléfono público para llamar a su madre. Intentaba comunicarse con ella, cuando de pronto sintió un golpe en la cara que venía del auricular, una potente luz lo arrojó hacia atrás y lo aturdió. Su suegra que desde lo alto de una escalera vio cómo sucedieron las cosas, bajó inmediatamente a auxiliarlo pero al pasar junto a él, lo ignoró, lo que lo dejó confundido, así que decidió seguirla a la izquierda y fue ahí que se vio tirado boca arriba, muerto. Se desilusionó al observar que morirse no tenía nada de espectacular, que simplemente de un momento al otro, se está y luego ya no. Lo que sí fue una revelación para él , fue darse cuenta que la muerte no existe, que tras abandonar su cuerpo, la consciencia que ocupaba ese cuerpo sigue intacta. Una señora que estaba detrás de él, en la fila del teléfono, resultó ser enfermera y fue ella quien inició las maniobras de RCP, para volver hacer latir su corazón. En tanto él, que se sentía un poco tonto de estar ahí, sin que nadie le pusiera atención, decidió entrar a la casa e ir a ver a su mujer que jugaba con sus hijos en la parte superior. Mientras se desplazaba por las escaleras, le sorprendió descubrirse mirando sus piernas, ya que en ese estado poco importaba si tropezaba o no. Al llegar al último escalón, su figura se había disuelto en una bola de energía que le permitió atravesar la pared y salir por encima de la cabeza de su esposa, que en ese momento, pintaba caras de niños, incluidas las de sus hijos. En ese momento supo que todos estarían bien. Cuando atravesó el techo, pensó que esa experiencia era casi surrealista, se sintió transportado en un río de energía positiva, y vio una luz blanca y azulada que irradiaba una sensación de paz y amor absolutos. Para él, esa energía tenía que ser divina, ya que no solo la veía como líneas sinusoidales, sino que la sentía y lo envolvía llenándolo de felicidad y tranquilidad, en sus palabras, estaba en éxtasis e inquieto por saber a donde ese flujo de energía lo dirigiría. De pronto y como si hubieran apagado un interruptor, regresó a su cuerpo con mucho dolor en la parte en donde le había pegado el rayo. Por dentro se sintió decepcionado, no quería volver. Aunque insistieron en llevarlo al hospital, el no quiso y solo confirmó con su neurólogo y su cardiólogo que ese incidente no había tenido consecuencias. Hasta la fecha asegura jamás haber perdido la consciencia. Curiosamente, a partir de este evento, una necesidad por tocar el piano y componer se despertó en él. Si bien su madre a los 10 años lo había obligado a aprender piano, luego de un año, él lo abandonó por falta de interés. Este inesperado interés a los 46 años luego del rayo, lo llevó a componer una obra que, dice él, haberla escuchado en sueños, y que presentaría años después en Performing Arts Center bajo el nombre de "The lightning sonata"
Dejo el link por si alguien quiere escucharla.
3 Seres fallecidos que vuelven años después a encarnar en otro cuerpo.
Regresar a la vida en otro cuerpo es difícil de aceptar, hasta que la contundencia de las evidencias nos hace plantearnos que esto puede ser verdad. Jenny Cockell murió en 1936 a una temprana edad, tras las complicaciones por el alumbramiento de su séptimo hijo, y con la angustia de dejar a la deriva a siete niños necesitados de su presencia. Años después, nació Mary Sutton que decía saber que en otra vida se llamaba Jenny y cuyo objetivo era buscar el paradero de sus hijos. Luego de una entrevista con la BBC, un granjero que reconoció la historia de Mary, la llamó para ponerla en contacto con una de las personas que ella identificaba como su hijo, que tras conocerla, vio en ella, rasgos muy parecidos a los de su madre fallecida y la puso en contacto con otros tres de sus hermanos que igualmente corroboraron su impresión. No menos sorprendente es el caso que presentó el Dr. Elli Lash. En la zona de los altos del Gholan, nació un niño con una marca en la cabeza que hizo pensar a los ancianos de la tribu que probablemente este tenía una vida pasada relacionada con esa marca. Cuando el niño llegó a la edad de tres años, edad en que los ancianos daban validez a la voz de los pequeños, el chico afirmó que de adulto había sido asesinado con un hacha por un vecino y lo señaló en vida, indicando el lugar en donde este había escondido su antiguo cuerpo. Ante las evidencias, al asesino no le quedó más remedio que aceptar su culpabilidad y fue condenado. Y qué decir del caso de Rayan Hammons y Martin Marty. El primero, que a la fecha sigue vivo, recuerda que en su vida pasada fue un extra de cine y representante de artistas, llamado Martin Marty. El chico afirma que en su vida pasada había tenido una vida glamorosa y que era un miembro destacado de la farándula americana de los años treintas. En esa vida había tenido tres hijos y suficientes recursos para darse una vida de lujos. El padre de Rayan, Kevin Hammons, investigador de la policía de Oklahoma, decidió indagar el caso, consultando todo tipo de libros y películas de artistas de principios del siglo pasado. En una de estas "Night after night", su hijo reconoció a uno de los mejores amigos de Martin Marty. También pudo reconocer la foto de su última esposa, entre varias fotos al azar, y supo identificarse en una foto donde aparecía más avejentado, reconociendo entre distintas fotos de niños, a su hija, cuya característica era, según Rayan, que nunca le hacía caso, historia, por cierto, que certificaría la propia hija de Martin Marty añadiendo además, que era cierta la aseveración de que a su padre le gustaba bailar, ya que había sido bailarín de Broadway. Muy notable es también el caso de un niño llamado James que desde pequeño decía amar todo lo que tuviera que ver con aviones de guerra y conocía detalles imposibles de esas aeronaves para un niño de 2 años. Cito, por ejemplo, el día en que corrigió a su madre al indicarle que lo que ella consideraba una bomba, era en realidad un depósito de combustible. A muy corta edad comenzó a padecer pesadillas en donde un avión "corsaire" era derribado y se estrellaba en el mar con él a bordo. El caso se puso serio cuando el niño les dijo a sus padres que en su otra vida había sido piloto de guerra y que había muerto en combate en el pacífico derribado por aviones japoneses. Las investigaciones de los padres los llevaron a descubrir que el niño decía la verdad y que había un piloto llamado James Jr III que había sido tripulante del portaviones Nathoma de bandera americana, tal y como James se los había dicho. Curioso que el chico hubiera nombrado a tres de sus juguetes preferidos, con tres de los nombres de quienes fueran compañeros de James Jr III en el portaviones. Otro argumento que complementa la fenomenología de la reencarnación, son las marcas, malformaciones, enfermedades y fobias de nacimiento. Este es el caso de un niño de solamente un año y seis meses de edad que tuvo que ser operado de emergencia por una fisura en su corazón, exactamente del mismo tamaño del calibre de la bala que 30 años antes había matado accidentalmente a su abuelo. Y qué decir de una niña india que al nacer tenía marcas en su costado izquierdo, debidas al accidente que dijo tener cuando en su vida anterior había sido un chico de 19 años que había sido atropellado por las ruedas de un camión de rediles. En esa vida, cuenta la niña, había pertenecido a una familia que tenía un negocio de incienso y había fallecido durante una entrega de dicho material. Sus padres no cejaron en el intento de dar con el paradero de este malogrado chico, hasta que finalmente encontraron a la familia cuya historia certificó hasta el último detalle. Por último, no puedo dejar de mencionar dos casos que me doy la licencia de compartir, porque son sumamente cercanos, aunque me reservaré los nombres por cuestiones de confidencialidad. Una amiga, que sobra decir que es por demás hermosa, tiene una característica marca de nacimiento alrededor de ambos codos, que baja por los antebrazos y termina en los brazos y la espalda superior. A primera vista, dicha marca, parece una quemadura, pero si uno observa con cuidado, no lo es, solamente da la impresión de serlo. Lo primero que resulta sorprendente es que cuando se unen los codos cerrados a la altura de la cabeza, se puede ver un continuo que va de un brazo a otro, como si fuera un rompecabezas en donde los vórtices embonan perfectamente, es como si los antebrazos hubieran sido escudos para defenderse de un calor intenso. Igualmente no puedo dejar de mencionar que su hermano tiene las mismas marcas, pero en los muslos, como si ambos hubieran estado en alguna especie de conflagración, a cuyas heridas podrían haber sucumbido. El otro caso es el de mi hijo de 16 años que aunque no dice haber tenido una vida pasada, mi cercanía con su familia materna, me ha hecho notar una serie de elementos que lo vinculan con su abuelo. Mi hijo, nació dos años después de la muerte del abuelo, y hoy su parecido físico con él es notable, y aunque esto puede ser fácilmente explicado por el parecido que mi hijo tiene con su madre y esta con su padre; no explica su mismo carácter afable y rebelde que también se ha desvelado con los años. Su abuelo tenía dificultades para conciliar el sueño y no podía dormir sin la televisión o la luz encendida, al igual que mi hijo que duerme con el televisor prendido. Por último, y no menos importante, ambos comparten una hipersensibilidad al calor que aún en invierno, les impide dormir con pijama; usan el pelo largo y detestan los deportes, al contrario de mi, que llevo el pelo corto y amo todo evento deportivo. En síntesis, mi hijo no tiene mucho de su padre, ni de su madre, aunque la convivencia sea constante, y es inexplicablemente parecido a su abuelo, sin que se hayan conocido.
Conclusión
Si a pesar de la muerte y de la pérdida irreparable de la esencia de una persona, existe evidencia de que esta puede descarnar temporalmente y regresar, como en las ECM; o descarnar definitivamente y regresar en otro cuerpo, como en los casos de la rencarnación; o descarnada puede ponerse en contacto con los encarnados e interactuar con ellos y sus objetos; entonces la muerte no puede ser lo que nos han contado, debe ser una etapa en un camino cuyo destino desconocemos pero que viene de lejos y continúa mucho más allá de lo que creemos.
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