Porqué dejé de buscar OVNIS: el fenómeno visto desde el interior.
- Enrique Buendía
- 29 sept 2024
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 1 jun

En 1999 volaba en un avión de Air France à París, sobre la Costa Este de Estados Unidos, rodeado por un cielo azul y el sol en el cenit, cuando de pronto, entre mi avión y otro que pasaba varios kilómetros por debajo, apareció una esfera metálica de aproximadamente un metro de diámetro que reflejaba la luz del sol. Yo me quedé atónito, ¿Cómo era posible que un objeto sin equipo de sustentación se mantuviera en el aire y a esa altitud, donde el aire está muy enrarecido? Para mí fue la evidencia absoluta, la comprobación definitiva de que había OVNIS en nuestro planeta, que había tecnologías inexplicables que circundaban los cielos y que no eran humanas. 26 años después mi perspectiva ha cambiado, y no porque piense que fue una alucinación o porque crea que el fenómeno OVNI es falso. Todo lo contario, de esta fecha a nuestros días se han acumulado cantidad de evidencias que prueban que hay inteligencias no humanas en nuestro vecindario. La respuesta del mensaje de Arecibo en Chilbolton, el mensaje en código ASCII donde afirman entidades no humanas que se oponen a los engaños y que hay mucho sufrimiento aún por evitar; las grabaciones del OVNI Tic-Tac presentado en el congreso de Estados Unidos por el oficial Ryan Graves, y las afirmaciones del oficial David Gravor que acusa al gobierno de los Estados Unidos de tener entidades biológicas no humanas en sus bases militares, son evidencias más que contundentes de que el fenómeno es real. Pero, aunque real, el fenómeno OVNI, no se explica simplemente fotografiando naves de chapa, o fenómenos que por más impresionantes que parezcan, apenas dan una efímera idea de lo que en realidad está pasando. El fenómeno OVNI es mucho más complejo que pensar en seres de otras galaxias visitando la Tierra. De hecho, visitarnos sería imposible, la velocidad de la luz lo restringe y la idea de doblar el espacio para pasar por un agujero de gusano es impensable, ya que la cantidad de energía requerida es infinita. Así que, o estas entidades están en los alrededores, o bien, hay algo que no alcanzamos a dilucidar de este acertijo.
Tras años de leer y escuchar historias de encuentros con extraterrestres, en donde la gente cuenta que intempestivamente decidieron ir a un lugar a donde nunca iban, y que gracias a esto tuvieron el encuentro con una entidad no terrestre que simplemente les pidió ayuda para encontrar su camino (lo que a todas luces no tiene sentido), llego a la conclusión que sus incongruencias son irresolubles, su permanencia inexplicable y su protagonismo risible. Cuando deberían ser el tema por excelencia, son la burla de cuanto incrédulo opina, y no le falta razón, la inconsistencia y timidez de estos viajeros interplanetarios es decepcionante. La única explicación posible es que este fenómeno este vinculado a otra fenomenología que lo abarca y define irremediablemente; la percepción y la conciencia. EL fenómeno OVNI se vale de nuestro pensamiento para hacerse presente y se acopla a nuestras creencias para ser tolerado. Desde este punto de vista, este fenómeno puede presentarse como cualquier cosa en la que creamos, y está a la par de cualquier otro fenómeno sobrenatural. Para entender el fenómeno OVNI hay que ir más profundo, a la psique humana; grabar objetos que brillan en el cielo, luces que aparecen y desparecen, formas imposibles en campos de cultivo, sonidos que vaticinan el fin del mundo; solo prueban lo infinitamente manipulable que es la percepción y la conciencia. Tras treinta años de ardua búsqueda puedo decir que el fenómeno OVNI, es más producto de lo que creemos, que de algo que venga de los confines del universo. No hay mentiras ni mala fe, los miles de testigos que decimos que vimos un OVNI, o que grabamos a un ser no terrestre, no mentimos; la experiencia fue real, pero solamente en la conciencia de los que la atestiguaron. Lejos del nombre que le queramos poner, existe una voluntad que desea hacerse presente en nuestra realidad, e influir en nuestras decisiones, para bien o para mal. Tengo la impresión que es más para bien, en la medida que las experiencias son mayoritariamente positivas y la influencia en la humanidad ha resultado benéfica, a saber todas las leyendas que desde antiguo aseguran que una entidad celestial, entiéndase como sea que se quiera celestial, se apareció en el campo de batalla y la definió en favor de quienes hoy aún gobiernan este planeta, Constantino el Grande que a la postre se convertiría en el artífice de la religión más poderosa del mundo, la católica, explica como el símbolo papal que se usa en el Vaticano hasta hoy, apareció en el cielo momentos antes de la batalla, garantizándole la victoria.
Hace 150 años, cuando los aviones aún no existían, las personas del siglo dieciocho decían ver a los mismos seres que hoy decimos ver, pero procedentes de globos aerostáticos. Las naves que dice ver la gente, evolucionan con la modernidad, como si el concepto tecnológico fuera de la mano con el fenómeno. Las naves que obviamente hoy son de una complejidad inimaginable, comenzaron siendo naves que tenían remaches en los años cuarenta. Así que, habría que desconfiar de lo que decimos ver, porque así las cosas, da igual ver naves discoidales, o caballos voladores, como ya sucedió.
Ahora bien, estas entidades, que seguro residen en un "más allá" de nuestro consciente, pueden presentarse como energéticas o materiales, etéreas o consistentes, añoradas o temidas; dependiendo del tipo de interacción que les convenga. Para decirlo simple, no es lo que se ve, es el proceso que lo hace visible. Este puente que traduce la energía invisible en realidad tangible, puede que sea susceptible de ser manipulado, y si esto es así, investigar extraterrestres, fantasmas, duendes o hadas, es trabajar una parcela que da los mismos frutos. Averigüemos primero cual es el vinculo que liga nuestra conciencia a la realidad, y responderemos de tajo, a todo este tipo de fenomenologías que hoy llamamos sobrenaturales. No podemos investigar extraterrestres, si ni siquiera sabemos si hay un Universo que investigar. Y no lo digo yo, lo dijo Jaques Vallée en su libro Pasaporte a Magonía en 1969, lo dice el investigador español Miguel Pedrero en su libro de 2024, Mensajeros de la conciencia cuántica, lo dijo Carl Gustaf Jung en su libro Sobre cosas que se ven en el cielo de 1955
Definitivamente creo que el estudio del fenómeno OVNI requiere de un marco conceptual o de referencia que de sustento a una serie de experiencias que sin él, serían simplemente tiros al aire, opiniones sobre fenómenos reales pero cuya explicación es superficial. En este marco de referencia para el estudio de fonómenos paranormales, se conectarían nuestro YO y SUPER YO, a una Interfaz o Simulación que sería compartida con otro tipo de entidades energéticas cuya vibración las aislaría de nuestra realidad. Desde este punto de vista, la frecuencia vibratoria de cada espacio-temporal seria el muro que separa una realidad de otra y estas entidades, que podrían ser cualquier cosa, arcontes, extraterrestres, apariciones marianas, duendes y lo que se nos ocurra; serian en realidad entidades dimensionales que comparten con nosotros la Simulación desde una vibración más elevada y por lo tanto más rica en información, entidades que habrían encontrado la manera de adaptar su vibración a la nuestra para materializarse en nuestra realidad espacio-temporal. Este esquema con el que pueden o no estar de acuerdo, explicaría muchas de las fenomenologías que la física moderna puede explicar; por ejemplo, ya dije que atravesar el Universo es físicamente imposible porque las distancias son enormes y aunque nuestra expectativa de vida fuera de 10 mil años, el tiempo sería insuficiente para pensar en ir de una galaxia a otra. Alcanzar la velocidad de la luz requeriría la misma cantidad de energía infinita que la que se requiere para doblar el espacio tiempo y crear un agujero de gusano; sin embargo si este esquema es verdad, no habría distancias que salvar, aparecer o desparecer en un espacio temporal no estaría sometido a la velocidad con la que nos desplazamos, sino a la frecuencia vibratoria de cada entidad en la Simulación; por otro lado, también explicaría el horripilante efecto a distancia que vincula el cambio inmediato del spin una partícula, si su partícula par cambia su giro, en este sentido en la Simulación no habría tiempo ni espacio y todo estaría conectado; lo que finalmente también explicaría el fenómeno del inconsciente colectivo del cual hablaba Jung, este inconsciente sería el resultado de entender que todos estamos conectados a la Simulación y que por tanto, los saberes del mundo son compartidos entre todos de manera inconsciente. No somos Avatares independientes, todos estamos interconectados.
La gran pregunta surge de manera espontanea tras el análisis del marco de referencia para el estudio de fenómenos sobrenaturales, y esta es: ¿y para qué, entidades vibracionales superiores querrían entrar en nuestro campo vibracional? ¿Por qué querrían hacerse presentes en nuestra realidad? Aquí habría dos respuestas opuestas, una sería guiar nuestra evolución como entidades energéticas poco desarrolladas con el fin de alcanzar estados vibracionales más elevados y por ende más vastos y ricos en información, y la otra, para alimentarse de nuestro espectro energético a través de lo que nuestras emociones positivas y negativas producen en nosotros y en los demás. Quizás sean ambas en función del tipo de entidad que nos contacta o contactamos. En definitiva, el estudio del fenómeno OVNI ya no se centra en buscar luces en el cielo, el fenómeno OVNI está inmerso y es una fenomenología a la par de lo que podría ser cualquier otro fenómeno sobrenatural. Todos tendrían en el fondo la misma explicación.
Termino diciendo, el fenómeno OVNI, es tan real como la psique humana, y no basta con mirar al cielo para explicarlo, hay que mirar también en las profundidades de la mente para entenderlo.
Comentarios