La Simulación : Fallos en la realidad
- Enrique Buendía
- 2 nov 2024
- 3 Min. de lectura

La realidad es, aparentemente, lo más certero a lo que podemos referirnos en cuanto a lo que existe o no, en el universo. De no ser por una trastorno mental o físico, lo que vemos, oímos, olemos y sentimos son experiencias inequívocas de que el mundo existe, es concreto y además, igual al que todos los demás experimentan. Esa certeza, en la cual casi nadie piensa, nos permite convivir y desenvolvernos en una sociedad que exige gente eficaz que resuelva y no cuestione la base sobre la que está cimentada. A saber particularmente, la inefabilidad de una vida única e irrepetible, cuya razón de existir es desconocida pero que nos recuerda con cada amanecer, que debemos hacer lo mejor para obtener lo mejor antes de que la inexorable muerte nos alcance y nos haga desparecer para siempre de lo podríamos llamar existencia. Una circunstancia así no da tregua ni cuartel, y nos arroja a un ruedo en donde todos luchamos contra todos por sacar el mejor provecho del contexto en donde nos desenvolvemos. Por más que instituciones laicas o religiosas insistan en que luchar entre nosotros no sirve de nada, la filosofía del más fuerte o poderoso se impone, los que se adapten mejor prevalecen y ese solo hecho, les da derecho a despreciar los intereses de los demás. Este es el mundo que nos toca vivir a la mayoría de las personas, y que la frase "De que lloren en mi casa a que lloren en la tuya" resume bastante bien. Pero ¿y si no tuviera que ser forzosamente así? ¿y si algo en el discurso estuviera equivocado, o peor, manipulado? ¿podría algo así, replantear el modelo ideológico sobre el cual está cimentada nuestra sociedad?
A principios de la era Cristiana la rencarnación, entendida como el fenómeno de morir y regresar a la vida, era ampliamente aceptada, como lo sigue siendo hoy en día en el budismo o el hinduismo. Sin embargo, en el quinto concilio ecuménico, el gobernante de Roma Justiniano primero, en 553 después de Cristo, dictaminó la abolición de la rencarnación ante la silenciosa desaprobación del Papa Vigilio que creía en ella bajo los términos de lo que afirma Juan en el versículo 3 punto 8 de la Biblia: "El espíritu rencarna donde quiera y no sabe de donde vino, ni para donde va"
La llegada de la tecnología nos ha dado la oportunidad de comunicarnos de manera inmediata a los confines del mundo; hoy la información circula de un continente al otro, en el instante mismo en que sucede. Estos eventos, que hoy en día pueden ser grabados con gran calidad por cualquier persona que cuente con un teléfono móvil, nos han dejado observar que ciertos hechos son imposibles de comprender, porque van contra toda lógica y la física que conocemos.
Aquí es preciso comprender que son las evidencias mismas, grabadas in situ, lo que pone en entredicho la realidad en que vivimos.
Veamos algunos ejemplos.
1 Reto a que intenten levantarse de esta manera.
2 ¿De dónde vino este hombre?
3 ¿Dónde está la chica?
4 ¿Y la camioneta?
5 ¿Cómo explicar las luces que no se reflejan?
6 ¿Las nubes pueden ser cuadradas?
7 ¿Qué movió este balón?
8 Qué alguien me explique cómo se salvó este niño
9 Y ¿el bastón del selfie?
Adelanto que soy consciente del contraargumento. Los videos están manipulados y fueron modificados. No dudo que algunos sí lo estén, pero igualmente dudo que todos, particularmente porque la mayoría de entre ellos fueron tomados por cámaras de seguridad o provienen de programas informativos serios.
El hecho mismo que uno de ellos sea verdadero, debería hacernos replantear nuestro concepto de Realidad, si todo objeto material esta sometido a las mismas leyes físicas, el hecho de que estás se rompan sin razón, nos habla de un fallo, en aquello que las gobierna. Una REALIDAD que está por encima de la nuestra y que bien podría ser similar a nuestros sistemas informáticos, en donde trillones de programas simultáneos, corriendo a velocidad luz, darían a la realidad la textura y continuidad que observamos, pero que, inevitablemente fallarían, por más que el sistema operativo que los controla, tenga un poder de procesamiento infinito y sea casi perfecto. Todos sabemos que no existe un solo sistema que sea infalible en el transcurso del tiempo, la perfección es solo una intención que busca tener en un periodo determinado, la ínfima posibilidad de fallar, pero la termodinámica, que bien podría ser un programa enemigo, termina por hacer del orden el caos y aumenta con el tiempo, las posibilidades de que la perfección deje de serlo. La perfección no existe, es solo la mínima posibilidad de no fallar, a la cual un sistema puede aspirar en el largo plazo. Pero de esto hablaré en mi siguiente post.
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