Freud 2.0: La realidad de una consciencia cuántica en la simulación. Un marco de referencia para explicar fenómenos paranormales
- Enrique Buendía
- 7 oct 2024
- 13 Min. de lectura

Me confieso, como muchos que me conocen lo saben, un apasionado de los fenómenos paranormales, pero no tanto por el morbo que, en sí mismo, revela de las personas que buscan en ello, el asombro fácil. El "MISTERIO" con comillas, es, desde el inicio de la humanidad, aquella fuerza que nos ha impulsado a buscar respuestas y entender al UNIVERSO. Todo fenómeno hoy entendido como natural, fue en un inicio un evento sobrenatural, una bendición o un castigo DIVINO. Los primeros científicos fueron seres inconformes, que en la búsqueda de la verdad, encontraron por casualidad la CIENCIA. Mujeres y hombres que no aceptaron un dogma por respuesta y tomaron de la realidad, las evidencias para construir un SABER. Hoy, por desgracia, la CIENCIA, se ha vuelto dogmática y servil a los intereses de quien la patrocina. Saber cuesta, y los saberes ya no son para todos, porque ni todos están preparados para entender, ni todo conviene ser compartido. Pero la verdad, que es como el agua, se cuela aún si las paredes que la encierran son gruesas, gotea por las grietas que inevitablemente se forman tras largos años de negación de lo que la gente atestigua. La INQUISICIÓN ya no es espiritual, hoy es intelectual. Los castigos ya no son corporales, el descrédito, la burla y el escarnio público, han remplazado las máquinas de tortura que como antaño, sentenciaban al ridículo, la miseria y la muerte, a todo aquel que se atreviera a cimbrar, la estructura sobre la cual, se encumbraba el poder político-social. Pero no por ocultar deja de pasar, no por ningunear, deja de ser verdad. Y es hoy cuando la tecnología permite la recolección de evidencias de todo tipo fenómenos paranormales; cámaras telefónicas, cámaras de vigilancia, sensores de movimiento, grabadoras de voz, entre otros artilugios, dan testimonio de todo tipo de fenómenos que de no haber sido registrados o medidos, no serían creíbles; así la leyenda se ha vuelto tema de café, y hoy da lo mismo si hablamos de extraterrestres, fantasmas, rencarnaciones, poltergeists o el último concierto de Lady Gaga. Y no es que dichos temas sean triviales, por el contrario, creo profundamente que la gente dice la verdad, pero analizar caso por caso, fenómeno por fenómeno, es estéril. Lo hice por muchos años, hasta que entendí que el problema no es el fenómeno, sino la lente que los observa. Decir que se cree en extraterrestres porque grabamos un OVNI, o en "El más allá" porque vimos una sombra; es pueril, sincero, pero falto de argumento teórico. El estudio de los fenómenos paranormales necesita un marco teórico serio, que sitúe a cada fenómeno en un contexto más amplio. Y esa es la intención de este post.
En este video expongo un esquema que revelaría las relaciones que gobiernan la realidad que vivimos con nuestra percepción, porque como ya dije, el fenómeno está más en el ojo que lo mira que en sí mismo. Se que muchos no coincidirán; pero pienso que una idea es tan poderosa como es capaz de explicar el fenómeno y sus incongruencias, y es por esto que creo que vale la pena tomarla en serio. Me valgo entonces de elementos de psicología, filosofía, y tecnología para construir un andamiaje conceptual, que integre la REALIDAD, con teorías, hoy consideradas alternativas, como la SIMULACIÓN y la IMORTALIDAD. En el debate sobre si la materia hace la mente, o la mente a la materia, este trabajo se decanta por lo segundo y voy a explicar porqué.
Encuentro que la REALIDAD primaria que percibimos, es la intersección de 3 contextos que interactúan al mismo tiempo para darnos la sensación que nuestro entorno es fluido y constante.
En este diagrama de BEN me permito esquematizar mi pensamiento.
En el primer contexto estaría el ÁVATAR, lo que nos define como entidades materiales e individuales, y el vehículo que está sometido a las inclemencias de la vida cotidiana, al dolor como al placer y quién lidia con las necesidades del EGO. Es una consciencia local y temporal responsable de las funciones más elementales del ÁVATAR, sin duda necesaria para su subsistencia, pero no definitiva.
En el segundo contexto se encontraría la ENTIDAD INMORTAL que nos habita y que a nivel consciente tendría un lugar secundario detrás del ÁVATAR. Es algo que actúa en segundo plano y que podríamos asociar a lo que en religión se entiende como ALMA, es decir, una conciencia no local y atemporal capaz de sintonizar, como si fuera una ANTENA, la información proveniente de la FUENTE.
En el tercer contexto aparece la SIMULACIÓN, un ambiente precreado al cual el ÁVATAR tiene acceso directo pero no a su entera voluntad y solamente de manera parcial. El ÁVATAR estaría limitado por sus sentidos o llaves de acceso, y estaría sometido a las condiciones operacionales que la SIMULACIÓN posé por defecto de construcción y límites energéticos. La ENTIDAD INMORTAL no tendría acceso a esta SIMULACIÓN, pero en términos informáticos podría, bajo determinadas circunstancias, hackear al ÁVATAR y permitir que este tenga comportamientos inesperados e imposibles dentro de la SIMULACIÓN.
No puedo dejar de agregar lo que en el esquema llamo FUENTE, este contexto, que no tienen nada que ver con lo que nosotros entendemos como realidad, es el lugar de donde viene la ENTIDAD INMORTAL, la cual tiene acceso exclusivo a este PARAÍSO, una vez que el ÁVATAR ha desaparecido o este ha cedido a la influencia del ESPÍRITU mediante técnicas de meditación profunda. La FUENTE es el lugar donde dicen los sabios que todos somos UNO, un lugar PERPETUO que es asociado con el CIELO o el NIRVANA.
Voy a hablar ahora de cada uno de ellos y los vínculos que los relacionan.

Primer contexto: El ÁVATAR
Es el elemento más fácil de identificar, ya que es él, al que vemos todos los días al lavarnos los dientes y ducharnos. Somos nosotros, la entidad biológica y frágil que sufre, se enoja y goza a lo largo de una corta vida hasta que muere para siempre. Obvio, según la ciencia. ¿Será?
Desde hace más de un siglo sabemos que lo que nuestros sentidos son capaces registrar, es solamente un pequeñísimo intervalo dentro de la amplia gama de frecuencias que existen en la SIMULACIÓN. Vemos frecuencias que van de 430 a 770 Tera Hertz y escuchamos frecuencias que van de 20 a 20 mil Hertz. Por arriba o por debajo de estas frecuencias, somos incapaces de detectar cualquier sonido o imagen que suceda en la SIMULACIÓN. Nuestra realidad está restringida a este intervalo, y es dentro de él, que la magia de la vida transcurre; amaneceres, cumpleaños, risas y la voz de mamá se comprimen en una pequeña singularidad de crestas y valles que nuestros sentidos son capaces de captar. Sin embargo, y aunque vaya contra toda lógica, que no seamos capaces de distinguir otro intervalo de frecuencias, no quiere decir que no existan, ni que no exista una realidad que, por derecho propio, nos rodea a cada paso que damos. La biología, como la evolución, ha delimitado lo que para el ser humano es relevante para su subsistencia y ha dejado de lado, la facultad de registrar realidades que no intervienen en el duro proceso de procrear. Según la ciencia, la vida existe solamente en este limitado intervalo y fuera de él, todo es energía, frecuencias incapaces de formar materia, aunque no imposibilitadas para destruirla. Desde este enfoque, la realidad se restringe a lo que el ser humano puede catalogar en el intervalo en donde interactúa con ella. Pero yo me pregunto, ¿Y si más bien somos una entidad energética atrapada en una dimensión material cuyo intervalo de frecuencias nos aprisiona y reduce? ¿Podríamos asegurar que entidades energéticas inmateriales, y por lo tanto, invisibles en nuestra realidad, no tienen consciencia? ¿Será entonces que así como nosotros existimos en esta dimensión corpórea, existen otro tipo de entidades energéticamente indetectables que pueden intervenir en nuestra dimensión material a voluntad, para bien o para mal?
Por otro lado, además de lo limitados que están nuestros sentidos para entender la SIMULACIÓN, hay que agregar que de esta información que se capta, mucha se filtra y la que no es desechada, es archivada en nuestro almacén que llamamos subconsciente. Nuestro cerebro, creámoslo o no, censura o prioriza lo que a nuestra realidad es necesario o peligroso; años de formación en la infancia moldean y estructuran millones de cadenas neuronales que como autopistas, agilizan, desvían y dirigen los inputs recibidos por nuestros sentidos para arrojar, después de algunos años, una realidad similar a la de millones de personas que ya la habitan. Un cerebro funcional, refleja una realidad mundana y común, coherente y eficiente. Millones de años de evolución, y un adecuado acondicionamiento social (educación le llaman algunos), dictan un entramado neuronal adecuado para que veamos el color rojo, como todos dicen que es el rojo, y no salgamos a la calle desnudos. La locura, es todo aquello que sale de un molde esperado y arroja una realidad distinta, producto, muchas veces, de un andamiaje neuronal atípico. "En mi familia vemos a los muertos" -decía mi tía, que se jactaba de que la molestaban personas que querían comunicarse con sus seres queridos.
Así que estamos a dos filos, por un lado tenemos una serie de sentidos limitados que apenas alcanzan a dar cuenta de un segmento ínfimo de la REALIDAD que nos rodea, y por otro tenemos una mente que censura y clasifica la información que recibe para arrojar un producto lindo y pulcro que podemos compartir con los demás, la realidad. Pero, yo me pregunto ante esta disyuntiva, ¿podemos decir qué es la SIMULACIÓN, a partir de la realidad en la que nos encontramos? ¿Es la realidad (lo que vemos, oímos y sentimos) idéntica a la SIMULACIÓN, ósea, idéntica a toda la información en bruto que existe antes de ser recolectada y clasificada por los sentidos? Yo creo que no.
Y es que es natural pensar así, porque es en esta realidad donde vivimos, progresamos, amamos y sufrimos; priorizamos el YO y nuestro EGO, procurando evitar el sufrimiento y la perdida. La vida es una, material y tangible, la tomas o la dejas, el placer y el hedonismo son los reyes en un mundo en donde la ley del más fuerte, poderoso, o desalmado prevalece. En nuestra pequeña parcela de realidad, competimos con otros por tener lo mejor a cualquier precio, e intentamos alargar una vida sin sentido, solo para cambiar lo funcional por algo igual de funcional, pero más nuevo y caro.
No nos damos cuenta que somos mucho más que materia, que somos energía (quizás inmortal) que temporalmente vibra en un campo cuántico (dimensión espacio-temporal) que nos permite experimentar una existencia material, que como entidades energéticas jamás podríamos. El YO surgiría del conflicto entre el avatar y la entidad que habita el avatar (entidad inmortal). Al inicio, el avatar se entiende como el dueño absoluto de su realidad, que considera única e irrepetible, y en consecuencia, prioriza la satisfacción de sus deseos y experimenta la pulsión de muerte, que desencadena el miedo y el apego. En este estado, el avatar se angustia delante de la inevitabilidad de la muerte y compensa el vacío de una existencia sin sentido, con objetos materiales que no terminan de satisfacerlo. Solamente cuando, por alguna circunstancia extraordinaria (ECM, remisión médica, sincronicidades, iluminación, meditación profunda, regresiones, encuentros con entidades de realidades alternativas (extraterrestres, seres de luz, seres del bajo astral)), el avatar cae en la cuenta que la realidad que experimenta el YO, puede ser una ficción y comienza a replantearse lo que él considera realidad. Este es el primer paso en un camino que lo llevara al conocimiento de su verdadero YO (SUPER YO), para finalmente encontrar el camino que le permita salir de la Simulación hacia LA FUENTE.
Tal vez, si entendiéramos esto, tendríamos menos apego a las cosas terrenales que nos importan, porque a fin de cuentas, estas no definen, ni quienes somos, ni cual es nuestro fin, son solo elementos ficticios que la Simulación nos pone a nuestra disposición para desviarnos del objetivo principal, que para mí es AMAR a todos siempre.
El ÁVATAR es el vehículo, el medio que nos permite interactuar con la realidad y con todos los demás, pero es un medio y no un fin en sí mismo.
Segundo Contexto: LA ENTIDAD INMORTAL
El físico y ganador del premio nobel, Roger Penrose en su libro "Las sombras de la mente" argumenta que en los microtúbulos de las neuronas, podrían alojarse reacciones químicas que por su dimensión, podrían vincular la conciencia a un fenómeno cuántico. De ser así, la conciencia estaría conectada a esta fenomenología y por lo tanto, sería susceptible de tener sus propiedades y sufrir sus consecuencias. Podría por ejemplo, conectarse con otra consciencia o realidad, a miles de kilómetros instantáneamente. De la misma manera, una consciencia cuántica podría hacerse presente en distintas realidades al mismo tiempo, en la medida que su portador no sea consciente de ellas. Esto podría explicar el mecanismo que nos permite formar parte de la consciencia de otras personas, es decir, volvernos parte de su realidad, sin que seamos conscientes de ello, algo que me suena mucho a "Inconsciente colectivo". De la cuántica también podríamos extrapolar que la consciencia es atemporal, no responde a un tiempo cronológicamente definido. Es decir, esta en el pasado, en el presente y en el futuro, al mismo tiempo. Solamente es el colapso de la función de onda que materializa nuestra realidad en el presente, lo que nos hace pensar que el tiempo es lineal. Desde este punto de vista, la consciencia posee el conocimiento del pasado y del tiempo que vendrá (Registros Akashicos).
Por otro lado, las miles de evidencias paranormales que dan cuenta de fenómenos inexplicables como la rencarnación, las ECM y el espiritismo, apuntan a que la conciencia es "no local", es decir, que no es producto de los procesos mentales inherentes al cerebro, ni radica en su interior; por el contrario, la consciencia sería una entidad independiente y el cerebro funcionaria como una especie de antena-receptor capaz de sintonizar solamente la frecuencia que sería nuestra conciencia. Esto no se opone al hecho de que el cerebro, como entidad material, también es responsable de nuestras funciones básicas, y nuestra interacción con la realidad que nos rodea. Es un hecho que ciertas secciones del cerebro son responsables de muchas funciones corporales que cuando son dañadas, resultan incapacitantes; sin embargo la conciencia superior, esta que está vinculada, por ejemplo, con la creatividad y define el temperamento y nuestro comportamiento, podría encontrar su origen más allá de nuestro cerebro. Esto es bastante coherente con el hecho de que el cerebro permita, en la intimidad de la neurona, fenómenos cuánticos, y con el hecho de que el cerebro funcione como un filtro, dictaminando lo que sube a lo consciente o deja en el inconsciente.
En este nivel, la consciencia no está conectada con los sentidos que describen la materia, en este nivel habita lo que podríamos entender como el SUPER YO o espíritu, la esencia real de la conciencia que habita temporalmente el avatar que decimos "YO". Sin embargo, en este nivel, el SUPER YO es eclipsado por el "Yo" que sucumbe a la realidad provista por los sentidos y se rinde a los placeres temporales y efímeros que seducen al avatar. En la mayoría de los casos, este nivel solo queda en evidencia cuando el cerebro se apaga y los sentidos son anulados. En ese momento, la conciencia no local toma el control y es cuando los fenómenos sobrenaturales comienzan a aparecer. Las personas que han sufrido una ECM son testigos de este prodigio, así como las personas que practican meditación profunda a través del control de la respiración, y que logran apagar sus sentidos para conectarse con su ser superior.
Tercer contexto : LA SIMULACIÓN
En 1999 apareció en las pantallas un largometraje que haría mella en la historia del cine y se convertiría en una película de culto, referente inevitable cuando de realidad hablamos. "Matrix" hizo que nos preguntáramos si el mundo en que vivimos era real. La teoría de LA GRAN SIMULACIÓN, llamada "LATICE" por el doctor Jacobo Grimberg, ha tomado fuerza en los últimos años. Si en verdad la realidad es una simulación, debería mostrar grietas o fallos que evidencien su inconsistencia, y los hay, por montones. Eventos grabados en video que van en contra de lo que la física permite, fenómenos meteorológicos incongruentes, diagnósticos mortales con remisiones inexplicables, sincronicidades imposibles, fenómenos aéreos extraordinarios, ECMs; son evidencias duras de que en la realidad que percibimos, hay algo que no concuerda. Explicar estas incongruencias, culpando al receptor e interprete del fenómeno anómalo, ya no es valido, la locura ya no es respuesta. Tenemos que ir al fondo de la cuestión y aceptar que probablemente la realidad que percibimos, debe replantearse. Para no ir muy lejos, nuestra hoy incipiente tecnología computacional con apenas 80 años de edad, ya es capaz de realizar simulaciones muy reales, y la IA mejora, por mucho, desempeños humanos. ¿Qué sucederá con ella en cien o quinientos años? ¿Seríamos capaces de diferenciar la realidad de una simulación hecha por nosotros en mil años? Probablemente no, y de ser así, porque no podríamos estar ya dentro de una, realizada por una inteligencia mucho más avanzada y antigua que la nuestra. De estar dentro de una simulación tendríamos que tomar en cuenta que hay elementos físicos y tecnológicos que delimitarían, lo que se puede o no hacer en la simulación. Cosas como la velocidad del procesador, su potencia, la capacidad de almacenamiento, su memoria RAM, el caché, la velocidad de conexión a la red, entre otras cosas, definirían el tipo de realidad que veríamos y sus límites.
La simulación (O ELLO para Freud) sería la fuente de donde se nutre el "YO" o mente filtro, para anclarse a la realidad, es el campo de juego, el portal o interfaz, en donde interaccionamos con los demás; sin embargo, no pertenecemos a ella, y es menester de cada conciencia, entenderse en esa realidad, dominando al EGO y al APEGO, para librarse de ella, y alcanzar LA FUENTE primigenia de nuestra energía inmortal.
La SIMULACIÓN podría no ser exclusiva de nuestra realidad, podría ser compartida con otras realidades que son inaccesibles (UNIVERSOS PARALELOS) para nosotros y cuyos habitantes podrían ser muy diferentes a nosotros y con valores diametralmente opuestos. Y dado que hablamos de contextos simulados y programables, me pregunto si, de haber no una, sino muchas humanidades interconectadas a la misma SIMULACIÓN, podría haber existido alguna o algunas capaces de modificar el código y desbloquear los accesos de entrada y salida para inmiscuirse en otras realidades. De ser cierto esto, ¿Qué tantos fenómenos paranormales podrían explicarse?
LA FUENTE
Es el estado de donde todos provenimos y a donde nos dirigimos cuando la SIMULACIÓN desaparece. Es lo que describen las personas en una ECM, o lo que los místicos alcanzan, durante la meditación profunda y una vida de dominar al ego y los vínculos con los que la realidad tienta al ÁVATAR para alejarlo de su objetivo principal (entender que nada es real y que es indispensable controlar y tener a raya a las emociones que sentimos y hacemos sentir). La FUENTE o NIRVANA en el hinduismo, es el estado de PLENITUD absoluta, que es atemporal y no local y lo que muchos asocian a su verdadera casa.
¿Y ESTO DE QUÉ VA?
Encuentro que este esquema de BEN permite ubicar de donde pueden proceder los fenómenos, entendidos como paranormales, y ver cuales pueden ser sus relaciones y alcances. Desde mi punto de vista, la fenomenología considerada "sobrenatural" viene de un mismo principio y se ramifica de formas diferentes. En el fenómeno "sobrenatural" la psique humana es fundamental, porque de alguna manera, es victima y victimaria al mismo tiempo, su relación con la SIMULACIÓN, de donde yo creo provienen la mayoría de los fenómenos paranormales, la vuelve testigo y creadora de los mismos. No estoy diciendo que sean alucinaciones de los ÁVATARES, estoy diciendo que la realidad, bajo el esquema que estoy planteando, puede ser alterada, no solamente por nuestros limitados sentidos o nuestro cerebro filtro, sino por nuestro vinculo con la simulación y por ende, con sus intrínsecas características, dentro de las cuales no solamente estarían el hardware y software que la soportan, sino otras entidades que podrían, al igual que nosotros estar controladas por ella y que podrían intervenir en nuestra realidad. Así puesto, la SIMULACIÓN o MAIA para los budistas, sería una jungla en la cual estamos inmersos y cuya única llave de salida es el conocimiento y reconocimiento que nada que lo que se nos presenta es verdadero que detrás del teatro de la realidad, hay una intensión que usa nuestro entender del mundo para interactuar, según la época, como mejor le convenga y mejor lo aceptemos. Dilucidar quién y con qué intención nos puso aquí, es un tema del que mucho se ha hablado y del que podemos discutir en otro momento.
Termino diciendo:
Aunque parezca solido, todo es energía atrayéndose o repeliéndose, todo es vibración en fase, desface o interfase; la fase crea, el desface descompone y la interfase anula.
¿De veras crees que respiras aire?
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